El mundo amarillo es un mundo fantástico que quiero compartir contigo.
Es el mundo de los descubrimientos que hice durante los diez años que
estuve enfermo de cáncer. Es curioso, pero la fuerza, la vitalidad y los
hallazgos que haces cuando estás enfermo sirven también cuando estás
bien, en el día a día. Este libro pretende que conozcas y entres en este
mundo especial y diferente; pero, sobre todo, que descubras a los
«amarillos». Ellos son el nuevo escalafón de la amistad, esas personas
que no son ni amantes ni amigos, esa gente que se cruza en tu vida y que
con una sola conversación puede llegar a cambiártela. No te adelanto
más: tendrás que leer este libro para poder empezar a encontrar tus
«amarillos». Quizás uno de ellos sea yo...
El mundo amarillo habla de lo
sencillo que es creer en los sueños para que estos se creen. Y es que
el creer y el crear están tan sólo a una letra de distancia. ¿Qué
esperas a saber quiénes son tus «amarillos»?
“Siempre
creímos que los que morían habían debilitado un poco más al cáncer y hacían que
a los que sobrevivíamos nos fuera más fácil ganar”.
El mundo amarillo salió de mi lista de pendientes gracias a una profesora de la universidad que nos encargó leerlo, por el tema de la comunicación de malas noticias, la muerte, etc.
Cuando empecé la lectura, pensaba que me iba a encontrar, justo como en otra de sus novelas (El mundo azul), una historia en la que él volcara sus experiencias. Sin embargo, no me encontré con una novela, sino con un discurso del mismo autor, un testimonio en primera persona de sus vivencias sobre el cáncer. En cierto modo me alegró encontrarme tal cosa, una lectura directa, sin andarse por las ramas.
“A
veces no es tan importante seguir una senda como deshacer nuestra senda, coger
otra diferente y darte cuenta de que hay otra forma de ir a un lugar”.
Albert no lo califica como libro de autoayuda y en eso estoy en mayor parte de acuerdo. Él simplemente te cuenta su historia y lo que aprendió, que consigas aplicar eso en tu vida es otro tema. Igualmente que empatices o no con su persona. Así que no me parece una novela que pueda ser evaluada desde el punto de vista objetivo, sino por cómo cada uno conecta con el autor y asimila o se identifica con dichas vivencias u opiniones.
El concepto de amarillo me desconcertó un poco al principio. Más que amistad, menos que amor. Me pregunto cuántos habreis tenido a un amigo, al cual llamar amigo os parece poco, pero donde la sexualidad y el amor no tiene lugar. En mi vida he tenido la suerte de encontrarme con algunas de esas personas, pero me desconcertaba no coincidir en todos los puntos con el concepto que él presentaba. Aunque realmente, nos dice que su experiencia no tiene por qué coincidir totalmente con la nuestra.
“Tanto
tú como tu amarillo decidiréis lo que queréis ser. Lo que es seguro es que
luego no hay marcha atrás. Cuando el amarillo se intensifica o se decolora,
nunca más vuelve a ser amarillo”.
Por otro lado, Albert habla sobre su experiencia con el cáncer. Cómo fue perdiendo cosas, personas. Me transmitió un positivismo desbordante, a veces un poco irreal. Está claro que no todos somos iguales y, por lo tanto, no todos vamos a reaccionar de la misma manera ante una misma situación. Pero está claro, que no todo el mundo sabe sacarle el lado positivo a una enfermedad. Y eso me hace preguntarme si todo lo que él comenta no es más bien una reflexión una vez ha pasado el "peligro". Porque es mucho más facil ser positivo después, que durante el proceso.
Sin embargo, me quedo con la humanidad de personas que le atendieron, que estuvieron con él, no sólo tratándole, sino animándole a aceptar su situación de la mejor forma posible. Porque es algo que no solo depende de uno mismo, sino del apoyo que recibas, un apoyo adecuado y que fomente la aceptación.
“Cuando
alguien muere se transforma en la gente que ha conocido. Sus recuerdos
perduran, su vida se divide entre la gente que lo conoció. Es como si se
multiplicaran en mucha gente”.
En definitiva, es un libro fácil de leer, con un lenguaje "de andar por casa", pero que esconde a veces cuestiones que son bastante complicadas. Es un libro muy cortito pero cargado de enseñanzas y de consejos. Y sobre todo, siendo un libro sobre cáncer, hay que ver más allá de él, y entenderlo como un canto a la superación personal. A ganarle la batalla, no a nivel físico, sino psicológico. Y no al cáncer, sino a la vida.