Eleanor y Park, de Rainbow Rowell

Eleanor es nueva en el instituto; su vida familiar es un desastre; con su intenso pelo rojo, su extraña y poco conjuntada forma de vestir no podría llamar más la atención aunque se lo propusiese.

Park es un chico mitad coreano; su vida familiar es tranquila; no es exactamente popular, pero con sus camisetas negras, sus cascos y sus libros ha conseguido ser invisible.

Todo empieza cuando Park accede a que Eleanor se siente a su lado en el autobús del instituto el primer día de clase. Al principio ni siquiera se hablan, pero poco a poco comparten sus hobbies y empiezan una relación de amistad... para terminar enamorándose de la forma en que te enamoras la primera vez, cuando eres joven, y sientes que no tienes nada y todo que perder.

No tenía muchas espectativas cuando empecé este libro porque el comienzo me pareció un poco lento. No sabía por dónde iba a tirar la historia, ni si iba a mejorar. He leído muchas reseñas de este libro y, si no me equivoco, todas las que he leido son buenas, así que por esa razón decidí continuar leyendo... ¡Y menos mal!

Una vez pasada la primera parte de la historia, la "toma de contacto", el libro empezó a coger ritmo y los personajes empezaron a tomar forma. Nunca había leido nada de esta autora, pero debo decir que ha sabido perfectamente plasmar cómo se siente un adolescente, una edad en la que todo es nuevo y todo supone un reto.

El tema principal del libro es el del "primer amor". Ay, el primer amor... ¿quién no se ha sentido identificado al leer cada una de las páginas de este libro reservadas a su bonita historia?

"Intentó discernir cómo había sucedido; cómo había pasado de ser una desconocida a convertirse en la persona más importante del mundo".  

Ese sentimiento que explota de repente dentro de ti, y que, literalmente, te quita el oxígeno a medida que te alejas de esa persona tan especial, justo como ellos sugieren entre las páginas de este libro. Cuando la felicidad reside, sencillamente, en estar juntos. Cuando cada caricia, supone una liberación súbita y clandestina de endorfinas. Cuando aun no sabes lo que es perder a esa persona tan especial, pero que simplemente de pensarlo, te destroza.

"Ni siquiera puedo respirar cuando no estamos juntos —susurró ella—. Y eso significa que, cuando te veo los lunes por la mañana, tengo la sensación de que llevo sesenta horas sin coger aire. Seguramente por eso refunfuño tanto y te contesto mal. Cuando estamos separados, me paso el tiempo pensando en ti, y cuando estamos juntos me invade el terror. Porque cada segundo cuenta. Y siento que he perdido el control. No soy dueña de mí misma, soy tuya. ¿Qué pasa si de repente te das cuenta de que ya no te gusto? ¿Cómo voy a gustarte tanto como tú me gustas a mí?"

Alrededor de este tema nos encontramos otros subtemas que condicionan la vida de ambos, temas recurrentes en la adolescencia como el acoso escolar, y otros menos recurrentes pero igualmente preocupantes como una desastrosa situación familiar (que incluye varios temas que tampoco quiero decir para no spoilear). Estos temas condicionan sobre todo a Eleanor, cuya vida dista de ser "normal", sus problemas familiares influyen en ella, es insegura y desconfiada, y sobre todo, la hacen ser mucho más madura de lo que le corresponde. Esto contrasta mucho con la vida de Park, que vive en un ambiente estable, con unos padres que se quieren y que le quieren. 

Esta situación en la vida de Eleanor, nos hace llegar al final de la historia, que puede resultar un tanto agridulce. Sinceramente, yo no me esperaba otro tipo de final. O quizás sí. Sea como sea, sus páginas me engancharon hasta el final de mi lectura. Y sin duda, me parece muy recomendada, porque además de contarnos una historia, esconde un trasfondo de crítica cargado de valores.

Una historia, tan dura, como enternecedora :)