La sociedad dividida en facciones en la que antes creía Tris Prior ha quedado hecha pedazos, fracturada por la violencia y las luchas de poder, y marcada por la traición. Así que, cuando tiene la oportunidad de explorar el mundo más allá de los límites que siempre ha conocido, Tris está más que dispuesta. Puede que, al otro lado de la valla, Tobías y ella descubran una nueva vida juntos más sencilla, libre de mentiras, lealtades confusas y recuerdos dolorosos. Sin embargo, la nueva realidad de Tris es aún más inquietante que la que ha dejado atrás. Lo que creían haber descubierto deja de tener sentido. Surgen verdades explosivas que hacen cambiar de opinión a sus seres queridos.
¡Hola a todos! Por fin, después de unas semanas bastante intensas, he terminado esta trilogía en la que me adentré hará más o menos un mes. Puedo decir orgullosa que la he terminado sin tragarme ningún spoiler, aunque ya yo me venía oliendo el final.
Pues bien, comenzamos. Leal rompe con la trama de los libros anteriores, se centra en otro problema, con otros personajes. Si bien esto no me ha parecido mal, me parece que cuestiones que se planteaban en los libros anteriores no se terminaron de resolver o se resolvieron de una forma un tanto forzada.
La dinámica del libro me ha gustado mucho. Es verdad que ha tenido muchas páginas en las que aparentemente no pasaba nada, pero eso ha servido para conocer mejor a los personajes y para resolver muchas de las cuestiones que se planteaban al final de Insurgente, pues como ya he dicho antes, la trama se centra en una nueva revelación. Tenía muchas ganas de saber más, ya que la idea que proponía la autora me resultaba muy interesante, y me ha sabido corresponder. Me ha resultado agradable que, aunque fuera un libro con menos acción que los anteriores, haya mantenido el ritmo, no dejando que te desenganches de la lectura.
Respecto a los protagonistas, Tris y Tobías. En este caso, la historia se narra desde ambos puntos de vista, algo que ya de por sí me dio qué pensar. Pero me gustó mucho, pues me parece que completa mucho la historia y fue muy interesante poder conocer la perspectiva de Tobías. Aunque en esta ocasión, le tocó a Tobías ser el que mete la pata, se mete en líos, se equivoca y se arrepiente. Algo que me pareció un poco repetitivo por parte de la autora.
Por otra parte, en este libro, si bien siguen peleando como si no hubiera mañana, los veo más centrados, veo que han crecido un poco y vuelven a recordarme a Tris y Tobías de Divergente. Aunque es cierto, que a veces sus peleas me desquiciaban, en este libro han tenido más sentido y, además, me gustó mucho que no se reflejara a la típica pareja perfecta de todos los libros. Porque, en la vida real, las parejas pelean, a veces muchísimo, y eso no significa que no se quieran. Esa dosis de realidad rompe con el tipo de relaciones a las que nos tienen acostumbrados. Bien, Veronica.
Me enamoré de él. Pero no me quedo con él por inercia, como si no hubiera nada más a mi disposición. Me quedo con él porque así lo decido todos los días al despertarme, todos los días que nos peleamos, nos mentimos o nos decepcionamos. Lo elijo a él una y otra vez, y él me elige a mi.
Poco más hemos podido conocer de los personajes secundarios de esta novela, que han aparecido muy poco. La verdad es que tampoco pueda decir que les haya cogido mucho cariño. Así que sí, aunque cierto suceso me pareciera injusto y triste... no le di muchas vueltas, sin más. Sin embargo, la madre de Tris tiene mucho protagonismo en este libro y toda la trama que la rodea me ha parecido muy interesante y he quedado satisfecha.
A partir de este momento, voy a empezar a soltar spoilers, porque me parece necesario para poder hablar de ciertos temas. Así que si no queréis leerlos saltaros esta parte.
Toda la teoría que envuelve a los experimentos y el Departamento de Bienestar Genético, cómo se resuelve la cuestión de los Divergentes, la existencia de personas con Genes Defectuosos y Genes Puros. De verdad, no me lo esperaba y me fascinó. Me encantó ese giro en la trama.
Verónica empezó proponiendo una base que me parecía muy currada y con un gran trasfondo. Me mantuvo en vilo durante los dos primeros libros, sólo dándome datos con cuentagotas, y soltó la bomba final en la que todo cobraba sentido. En serio, maravillada.
Solo me queda hablar del final, del polémico final. Para empezar, desde que vi que en Leal se unía Tobías a la narración, pensé directamente: Tris muere. Sí, no sé, me pareció lo más obvio, quizás demasiado obvio, y por eso mantuve la esperanza de estar equivocándome hasta el final.
Pero no. Tris muere, y encima de una forma que me pareció muy poco heroica. Me parecía clarísimo que Tris no iba a dejar que su hermano, por muy malo que hubiera sido, muriera. Porque no, Tris no es así. Sabía que al final iba a ser ella la que entrara en el laboratorio, sabía que se enfrentaría al suero de la muerte, y sabía que sobreviviría a él. Algo que me hacía mantener la esperanza de que el final no fuera trágico. Pero no, no me esperaba que David estuviera allí. Y me pareció muy forzado. Igual que me pareció muy injusto para una gran protagonista como es Tris, morir por un par de disparos aleatorios. VENGA YA. Ha pasado por cosas peores.
En fin, después de todo eso yo seguía teniendo la esperanza de que se iba a salvar, que la autora solo quería meternos el miedo en el cuerpo. Pero no.
Por otro lado, el tema de la resolución de la guerra en Chicago. Que en un párrafo estuviera todo resuelto. Vale que esa trama Veronica ya la había dejado un poco de lado, pero no sé, un poco más de emoción después de todo lo que han liado, ¿no?
Y Tobias. AY DIOS MÍO. Ahí ya estaba yo pensando "prepara los pañuelos porque esto va a ser duro". Pero no. No sé si es que me había frustrado tanto cómo había muerto, si no me lo terminaba de creer, si era la normalidad con la que la autora se había cargado a su protagonista, o que no le puso la suficiente emoción. Pero no solté una lágrima. Y eso en mi es raro.
Pero eso no significa que no me partiera el corazón las últimas páginas del libro. La desolación de Tobías cuando quiere olvidarlo todo, Christina dándole un rapapolvo en honor de Tris. Y la despedida. El último adiós a las cenizas de Tris cuando Tobías se precipita con ellas en la tirolina. Es una escena que, aunque me pareció en cierto modo divertida e irónica, me encantó que pusiera el broche final a la trilogía. Tobías luchando contra uno de sus mayores miedos junto a ella.
Y aunque para mí, el final estuviera teñido de injusticia y de drama, me parece un gran final, muy diferente a lo que nos tienen acostumbrados. La autora, que tanto nos instaba a ser valientes, lo fue al proponer este cierre.
FIN DE LOS SPOILERS
En definitiva, tanto este último libro como la trilogía en general, profundizan mucho en los sentimientos de las personas. Es una oda al sacrificio por quienes se ama, por el dolor, por la lucha y por seguir adelante. Si algo me ha quedado claro es que en esta trilogía no hay maquillaje, las cosas son como son, en las guerras se sufre, en el amor se sufre, en la vida se sufre. Y lo importante es saber enfrentarse a ello.
A veces [la valentía] no es más que apretar los dientes por el dolor y por el trabajo de cada día, y así caminar poco a poco hacia una vida mejor.
Ha estado muy lejos de ser una novela en la que todo es perfecto, con un final perfecto donde todos viven felices por siempre jamás. Y probablemente por eso, me ha llegado hondo. La he disfrutado, he sufrido con ella, he sentido alivio, rabia, esperanza y empatía con unos personajes que no han dejado de crecer y luchar.
Sin más, tanto este libro, como la trilogía Divergente en conjunto, me parece una historia que merece la oportunidad de ser leída. Yo, por mi parte, me quedo con mi crisis existencial de fin de saga y digiriendo todo lo que acabo de leer.